Llegó el día en que Graciela y Silvino, los padres de Fernando Baez Sosa, conocieron la sentencia para los ocho rugbiers que tuvieron distintos grados de participación en el crimen de su hijo. El veredicto fue unánime: cinco recibieron la prisión perpetua (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Tomás Comelli, Matías Franco Benicelli y Luciano Pertossi) y otros tres (Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Lucas Pertossi) recibieron una pena de 15 años de prisión. Los jueces también resolvieron abrir investigaciones por falso testimonio contra Juan Pedro Guarino y Tomás Collazo.
La lectura de la sentencia, acordada por unanimidad, fue transmitida en directo por televisión. En Dolores, 220 kilómetros al sur de Buenos Aires, decenas de personas expresaron su solidaridad con los padres de Báez Sosa, ciudadanos paraguayos radicados en Argentina.
Durante la lectura de la sentencia Thomsen se descompensó, por lo que se suspendió momentáneamente la lectura, mientras los demás condenados lloraban tras escuchar el veredicto que los halló culpables.
En los alegatos finales, los fiscales indicaron que no hubo “roles”, sino que todos hicieron todo, todos se pusieron de acuerdo para matar a Fernando, “todos lo golpearon”.
El juicio iniciado el 2 de enero cautivó al país, que se había conmovido con el crimen del estudiante de derecho de 18 años, ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, 370 km al sur de Buenos Aires.
Aquel verano, los condenados vacacionaban en ese balneario sobre la costa atlántica argentina muy popular entre los jóvenes.
Esa noche fueron expulsados de una discoteca en la cual había comenzado una pelea. En la calle, los rugbiers aislaron a Báez Sosa y lo agredieron a puños y patadas, en una paliza que le provocó la muerte por múltiples lesiones.
Siguieron el juicio de cerca
En Argentina, muchas personas se acompañaron el proceso que llegó después de mucho tiempo el final que terminó con la condena y “marcando un precedente, en especial para la juventud”. Desde Paraguay, hubo expresiones de conformidad y no se guardaron lágrimas frente al altar que prepararon, junto a un televisor para ver cómo era el desenlace jurídico para el caso en la justicia argentina.
Los familiares y amigos de Fernando Báez, en Carapeguá se juntaron en la casa de los abuelos maternos, con dolor siguieron la lectura de la sentencia que si bien esperaban sea la prisión perpetua para los ocho procesados en el caso de igual modo sostuvieron que al fin el alma del joven asesinado en Villa Gessel podrá “descansar en paz”.