A medida que Beryl se adentra en el Caribe como un poderoso huracán de categoría 4 que pasaría el martes por el sur de Cuba, ¿cómo prepara el gobierno cubano a la ciudadanía para enfrentar este fenómeno y reducir su vulnerabilidad en el contexto económico actual?
“Nadie está preparado en este país para enfrentar eso”, indicó a Martí Noticias Ernesto Aquino, residente en el Cerro, en La Habana.
El régimen de Cuba, un país afectado periódicamente por ciclones tropicales, presume de su sistema de Defensa Civil, que abarca acciones de prevención, evaluación de riesgos, así como aviso y orientación a la ciudadanía.
Pero varios entrevistados coincidieron en que ese sistema se ha deteriorado con el tiempo y la precariedad económica de la isla, al punto de que será ineficaz en caso de un desastre natural como un potente huracán.
“En otro tiempo, cuando había este tipo de eventos, se veía una movilización por parte del Gobierno con camiones recogiendo basura, etc.», dijo Aquino. «Eso no se está viendo ahora. El desastre va a ser absoluto, no tienen condiciones, no tienen recursos”, subrayó.
En opinión de Aquino, tampoco hay sistemas de alerta temprana para que las personas y los bienes estén protegidos.
“Cuando ya el evento está muy próximo, hacen algún programa en el noticiero para dar recomendaciones. Ahora, hay mucha gente dentro de la Defensa Civil que podría ser que tuvieran la mayor disposición desde el punto de vista humano, pero no hay recursos, no hay ni camiones para recoger la basura. Las condiciones en que está el país, la cantidad de zonas que hay en peligro de derrumbe, los placeres llenos de basura, muestran un escenario caótico”, recalcó.
Cuba con capacidad limitada
El abogado santiaguero Rafael Salas considera que “existe una preparación teórica para el enfrentamiento a eventos naturales, tales como huracanes y sismos de gran intensidad, pero la capacidad real de respuesta del Estado ante tales eventos hoy es muy limitada”.
“En momentos, que pudiéramos llamar normales, sin la ocurrencia de estos fenómenos, se aprecia la incapacidad del gobierno para asegurar servicios básicos a la población, como la transportación de pasajeros y mercancías, electricidad y servicios de salud”, precisó.
El jurista añadió que, de cara a un ciclón de grandes proporciones, “al incrementarse la necesidad de alimentos, el Estado no contaría con cantidades suficientes. Los servicios de salud, ya muy afectados, empeorarían por la falta de medicamentos, insumos, e incluso personal de la salud. Se incrementarían los enfermos por epidemias, que ya existen en el país, con esa situación la población incrementaría el nivel de penurias que ya hoy tiene”.
Con información de Martí Noticias