El Congreso debate este miércoles, por tercera vez, el anticipo de elecciones. En un parlamento fraccionado en más de diez fuerzas políticas, además de congresistas independientes, las bancadas de derecha impulsan el adelanto de elecciones, anticipadas previamente para abril de 2024.
Boluarte y el partido fujimorista de derecha Fuerza Popular defienden el adelanto de elecciones para apaciguar las protestas que ha dejado 48 muertos desde que empezó la crisis el 7 de diciembre.
Pero las bancadas de izquierda quieren que se incluya en ese proyecto de ley un referéndum sobre una Asamblea Constituyente, la gran manzana de la discordia entre la dirigencia política peruana.
«La crisis en Perú se debe al modelo neoliberal que ha fracasado (…) lo que tiene que ir acompañado de este adelanto de elecciones, es la consulta popular para una Asamblea Constituyente», dijo el congresista Edgar Tello, del izquierdista Bloque Magisterial.
Cientos de personas desfilaron por el centro de Lima hasta acercarse en la noche a unos 200 metros del Parlamento, luego de una marcha donde los manifestantes de regiones y de la capital exigieron una vez más «Dina renuncia ya«, pero también la disolución del Congreso, ampliamente desacreditado por la opinión pública.
Algunas escaramuzas con la policía se registraron al final de la manifestación, cuando los agentes lanzaron bombas lacrimógenas que terminaron por dispersar a los manifestantes.
La calle no cede
«La gran marcha en Lima, Dina renuncia ya», lema de la manifestación del martes, fue convocada por fuerzas sindicales, gremiales y campesinas también en otras ciudades, como en Arequipa y Juliaca, en la región de Puno, fronteriza con Bolivia.
En Cusco los manifestantes le pidieron a los comerciantes cerrar sus negocios en solidaridad con la protesta.
Fanny Yucra, una mujer aimara de 25 año procedente de Puno que manifestaba en Lima, consideró «una burla, una indignación para el pueblo que el Congreso no decida elecciones adelantadas». Prometió que seguirán «en pie de lucha por nuestros hijos», apuntó.
Boluarte ha reconocido que la tensión social sigue en aumento, con bloqueos que han generado escasez de productos básicos y combustible en regiones.
El poder político parece incapaz de hallar una respuesta a las demandas de la población, sobre todo rurales del sur andino, históricamente postergada, que había apostado a mejorar sus condiciones de vida con la llegada del izquierdista Pedro Castillo a la presidencia (2021-2022), destituido y detenido el 7 de diciembre tras intentar disolver el Congreso. Boluarte, entonces vicepresidenta, asumió las riendas del gobierno.
Tropas contra los bloqueos
Los militares, que el lunes despejaron un tramo de la ruta Panamericana Sur, en la región de Ica, a 250 km de Lima, el martes continuaron resguardando la zona para evitar nuevos bloqueos en este punto estratégico.
En ciudades del interior, sobre todo en los Andes y la selva peruana, hay desabastecimiento, particularmente de gas licuado de uso doméstico.
«Tenemos que volver a retroceder en el tiempo y cocinar con leña y carbón, lo cual es difícil, lastima los pulmones», lamentó Gabriela Álvarez, de 33 años y ama de casa en Poroy, a 15 km de la ciudad del Cusco.
«Durante esta semana Dina va a renunciar por tantos muertos que habido en el Perú», dijo uno de los curanderos que arrojaron un puñado de hojas de coca al suelo para realizar el pronóstico.
«Si o si renuncia, vamos hacer una brujeada con una soplada para que de una vez se aleje. Hermanos lo que pedimos es que renuncie Dina», indicó el chamán a la radio La Decana de Juliaca.