China ha presentado su plan de paz para Ucrania este viernes, coincidiendo con el primer aniversario de la invasión rusa. Un documento en el que explica su «postura para una solución política a la crisis en Ucrania» resumida en doce puntos. Pide, por ejemplo: un alto el fuego, el fin de las sanciones a Rusia y el respeto a la integridad territorial.
Un plan acogido por los aliados de Ucrania con tibieza y cierto escepticismo. Apenas una semana antes de que estallara la guerra, los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin, se comprometieron en Pekín a una relación de amistad «sin límites» y China ha mantenido una posición ambigua durante todo el conflicto. Pide respeto para la integridad territorial ucraniana al tiempo que se opone a las sanciones a Moscú.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha rechazado la propuesta de Pekín. «China ha compartido sus valores, no un plan de paz», ha afirmado en una comparecencia junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Estonia que celebra el aniversario de su independencia. «China se ha situado ya del lado de Rusia, por eso hay que considerar sus principios bajo ese prisma» ha explicado Von der Leyen. Stoltenberg, por su parte, ha señalado que Pekín no tiene «mucha credibilidad» como mediador, al no haber condenado nunca la invasión de Ucrania.
Desde Bruselas, la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali, ha lamentado que la propuesta china «no tiene en cuenta quién es el agresor y quién la víctima de una guerra ilegal». Dice que es «selectiva» y resulta «insuficiente», pero matiza en que habrá que estudiarla siempre teniendo presente que Pekín ha tomado parte por Rusia en este conflicto.
El apoyo de Pekín ha sido y es clave para Moscú, que posee recursos económicos y humanos para prolongar el conflicto, pero carece de capacidad suficiente para lanzar una ofensiva definitiva en Ucrania. Su arsenal militar es limitado, su punto débil; ha perdido mucho equipamiento en el campo de batalla (2.300 carros de combate en Ucrania, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres).
Washington vigila de cerca a Pekín
Estados Unidos también ha criticado el plan de paz anunciado por China para poner fin a la invasión rusa de Ucrania y ha destacado el fracaso militar de Rusia ante los contraataques de las fuerzas ucranianas un año después del inicio de la guerra. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha asegurado que Washington observa «de cerca» los movimientos de Pekín y ha puntualizado que el gigante asiático podría estar preparándose para «entregar armas letales a Rusia», una decisión que no ha sido descartada aún.
Mucho escepticismo, ya que Rusia y China se han convertido en «aliados inseparables». Además, ha destacado que la guerra «podría acabar mañana» si así lo decidiera el presidente Putin, quien «tomó la decisión de iniciarla». «Creo que esto se podría detener y que se podría respetar la soberanía de todas las naciones. Esta guerra podría acabar mañana si Rusia deja de atacar Ucrania y retira sus tropas», ha puntualizado.
«Ucrania no ha atacado Rusia, la OTAN no ha atacado Rusia, Estados Unidos no ha atacado Rusia. Es una guerra que Putin inició», ha afirmado antes de señalar que el conflicto bélico podría, no obstante, enquistarse durante meses sin que haya un final a la vista, según informaciones recogidas por la cadena de televisión CNN. Sullivan ha matizado que tras un año de conflicto, Ucrania ha logrado detener el avance de Rusia y evitar que cumpla su principal objetivo: hacerse con la capital, Kiev. «El objetivo de Rusia en esta guerra era borrar a Ucrania del mapa, tomar la capital y eliminarla, absorberla dentro de Rusia», ha dicho.