Por tercera vez, un paciente ha conseguido ‘vencer’ al VIH tras recibir un trasplante de células madre. Al igual que ocurrió antes con los pacientes ‘Berlín’ (en 2008) y ‘Londres’ (en 2020), el trasplante ha conseguido eliminar por completo la infección en un ciudadano de Düsseldorf (Alemania) que lleva cuatro años sin tratamiento antirretroviral y sin rastro del virus en su organismo. Es un nuevo caso de curación.
Como en los casos anteriores, la clave de la curación está en las células que recibió en el trasplante. Estas células tenían una mutación -denominada CCR5 delta 32-, que confiere una especie de escudo frente al virus.
La alteración se encuentra en un receptor de entrada del virus a las células que infecta, los linfocitos T CD4. “Por tanto, si no está disponible esa puerta de entrada para el virus se crea una resistencia a la infección”, explicó María Salgado, co-autora del estudio e investigadora del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) de Barcelona.
El centro catalán lidera un consorcio internacional, IciStem, coordinado por el investigador ICREA Javier Martínez-Picado, que desde 2014, estudia el caso de pacientes con VIH que han tenido que someterse a un trasplante de células madre debido a una enfermedad hematológica.
El caso del ‘paciente Düsseldorf’
El paciente, que vivía con VIH desde 2008, tuvo que someterse en 2013 a un trasplante de médula ósea para tratar la leucemia mieloide aguda que padecía. Pero no fue hasta cinco años después de recibir el tratamiento, y tras haber sufrido varias complicaciones y dos recaídas de la enfermedad hematológica, cuando el paciente se estabilizó y los investigadores que seguían su caso decidieron retirarle el tratamiento antirretroviral.
48 meses después de abandonar la medicación, no hay virus en la sangre ni en los tejidos del paciente ni se ha producido en este tiempo ningún tipo de reaparición de la infección.
En un artículo que los científicos publican esta semana en Nature Medicine, se demuestran evidencias de que “no solo no hay rastro del virus en sangre ni en tejidos sino que tampoco hemos visto ninguna respuesta inmunitaria característica de un rebrote viral”, explica Salgado. Desde Barcelona, el equipo del IrsiCaixa ha analizado la presencia del VIH en plasma mediante técnicas de gran sensibilidad.
Estas técnicas han permitido detectar en el organismo del paciente trazas genéticos del VIH, una especie de vestigios de la infección “sin ninguna capacidad infectiva ni de replicación”, subraya Salgado.
Similitudes con otros casos
Además de un trasplante de características particulares, los tres pacientes curados hasta la fecha también presentan otras similitudes. Por ejemplo, todos ellos experimentaron lo que se conoce como enfermedad de injerto contra huésped, una reacción al trasplante que los tres lograron superar y un rápido reemplazo de sus células. “Creemos que estos son factores que también influyen en los resultados de la intervención”, señala Salgado. Un estudio paralelo al de los pacientes trasplantados con células CCR5 delta 32 estudia qué otros factores relacionados con el trasplante de progenitores hematopoyéticos pueden contribuir al éxito de la terapia.
El objetivo de estos estudios, subraya la investigadora, no es curar el VIH mediante trasplantes de células madre, un tipo de tratamiento que conlleva altos riesgos y que no tiene sentido aplicar en personas que no sufren una enfermedad hematológica grave.
La meta es estudiar los mecanismos implicados para poder replicar los resultados que se consiguen a través del trasplante de células con la citada mutación en CCR5 delta 32.
“Una posible estrategia que ya se está explorando es introducir esta mutación a través de terapia génica”, plantea Salgado. “Se está trabajando mucho en este campo, aprendiendo para intentar encontrar una aplicación que pueda servir a los pacientes”, concluye la investigadora.