Al menos ocho personas murieron y otras 3.000 permanecen desaparecidas tras el fuerte ciclón Gabrielle que azotó a Nueva Zelanda.
La tormenta, que se ha desvanecido en el Pacífico sur, destruyó miles de hogares y ha provocado que cerca de 10.000 personas se desplazaran a varias ciudades y pueblos aledaños.
De acuerdo con las administraciones locales, hay centenares de comunidades con las que todavía no hay contacto, tampoco hay servicio de agua y luz.
Asimismo, confirmaron la octava muerte con una persona que se cree murió «tras quedar atrapada en el agua de la inundación«.
«El dolor de sus familias y de los seres queridos que han fallecido será inimaginable, va más allá de los bienes y los medios de subsistencia», lamentó el primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, en medio de una rueda de prensa.
Cabe destacar que los servicios de emergencia han rescatado a cientos de personas, incluyendo a unas 300 que fueron evacuadas luego de que se refugiaran en los tejados de sus hogares para huir de las inundaciones.
«Hay algunas personas que se encuentran en un estado muy, muy frágil. Solo pido a la gente que siga adelante, superaremos esto. Saldremos de esta», afirmó Chris Hipkins.