Una bebé fue rescatada de entre los escombros, cubierta de polvo y con el cordón umbilical todavía colgando. El último suspiro de su madre fue para darle el aliento de vida. Es la única superviviente de su familia que vivía en un edificio que colapsó en Alepo, por el terremoto que azotó la frontera de Siria con Turquía.
Entre las ruinas de un edificio de Jindires, los cuerpos de sus padres y hermanos fueron recuperados, mientras la recién nacida era llevada al hospital de la ciudad cercana de Afrin, donde fue puesta en una incubadora porque tenía los miembros entumecidos por el frío. Su tensión había bajado, por lo que los médicos le practicaron los primeros auxilios y luego alimentada.
La pequeña tiene contusiones, pero su estado es estable, es probable que haya nacido siete horas después del sismo, pesa 3,175 kg, así que nació en el tiempo previsto, de acuerdo a los reportes médicos.
Estiman más víctimas mortales
Hasta el momento son más de 11 mil 500 personas las que murieron como consecuencia del sismo de magnitud de 7.8 que ocurrió la madrugada del 6 de febrero. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 23 millones de personas, incluyendo cerca de 1.4 millones de niños, resultaron afectados por el devastador sismo y alertó que el número de víctimas mortales podría multiplicarse por ocho.