El presidente ruso, Vladimir Putin, autorizó el despliegue de sistemas de defensa aérea en el este de Ucrania que incluyeron el lanzamiento de misiles BUK, el cual derribó el avión de Malaysia Airlines (MH17) el 17 de julio de 2014, según “fuertes indicios” publicados hoy por el equipo internacional (JIT), formado por expertos de los países de las víctimas, que investiga esa tragedia.
Además, advierte que, «después de que los separatistas solicitaran armas antiaéreas de mayor alcance, su solicitud se discutió en la Administración Presidencial en Moscú en la segunda quincena de junio de 2014».
Las conversaciones interceptadas también ofrecen información sobre los miembros de la tripulación que operó la instalación del sistema de misiles en cuestión, pero el JIT lamenta que las autoridades rusas “no están respondiendo preguntas sobre la tripulación, diciendo que no había ningún sistema de misiles BUK ruso presente” en el este de Ucrania.
No obstante, y a pesar de la información nueva sobre la identidad de “varias personas involucradas” en lo ocurrido, en este momento, hay muy pocas pruebas para iniciar una demanda judicial, Moscú se niega a cooperar, los testigos temen por su vida si testifican y el propio Putin cuenta con inmunidad presidencial, todo esto obliga a suspender la investigación temporalmente pero no cerrarla.
El JIT está conformado por autoridades de Australia, Bélgica, Malasia, Países Bajos y Ucrania.