Los responsables por la muerte de diez bebés en el Hospital Ginecobstétrico Diez de Octubre, en La Habana, fueron sancionados por las autoridades sanitarias.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) informó en un comunicado que «cinco de los principales directivos fueron separados de la entidad, seis demovidos de su cargo, dos cambiados de puesto de trabajo y otros nueve recibieron amonestaciones», por el deceso de los infantes, que se encontraban hospitalizados por haber nacido con bajo peso y prematuros.
El proceso de investigación de los hechos condujo a la aplicación de «22 medidas administrativas a 19 cuadros de dirección a diferentes niveles, así como tres a funcionarios y trabajadores», puntualizó la comunicación oficial.
La Comisión Nacional creada para investigar el trágico suceso dictaminó que los decesos se produjeron por la presencia de un brote de infección asociado a la asistencia sanitaria, en la sala de cuidados intensivos neonatales del hospital.
«La investigación llevada a cabo evidenció que seis de los 10 bebés que fallecieron (…) tenían signos de sepsis con hemocultivos positivos a germen Gram negativo, y los demás fallecieron debido a otras causas, provocadas por su delicado estado de salud», señaló el MINSAP.
Inicialmente las autoridades sanitarias anunciaron que eran ocho los bebés fallecidos, sin embargo, no fue hasta ahora que informaron el deceso de otros dos recién nacidos, posterior al primer y único informe sobre los hechos a mediados de enero.
De acuerdo con la declaración oficial, el brote se produjo por «violaciones de medidas higiénico-sanitarias», que agravaron los problemas de «aseguramiento de recursos que presentaba el centro en ese momento e implicaron afectaciones en la calidad de los procesos de atención a los pacientes».
El hospital, popularmente conocido como Hijas de Galicia, ha sido señalado en varias ocasiones, además, por casos de violencia obstétrica y malas prácticas que han sufrido allí mujeres cubanas, como recordó recientemente la periodista Claudia Padrón, gestora del proyecto Partos Rotos.
El fatídico evento de enero se suma a la alta tasa de mortalidad infantil en Cuba, que sigue en ascenso.
Cuba registró en 2022 una mortalidad infantil de 7.5 por cada mil nacidos vivos y cerró ese año con 39 fallecidos menos que en 2021, cuando se reportó la más elevada en las últimas dos décadas.
Este última año La Habana se ubicó entre las cinco provincias de más elevada mortalidad infantil en el país, con 9.5. Durante 2021 el registro también fue de los peores, con 8.0.
Las causas principales de mortalidad infantil fueron las afecciones perinatales, relacionadas fundamentalmente con el bajo peso al nacer, la prematuridad, el retardo del crecimiento intrauterino y la sepsis, de acuerdo con la doctora Noemí Causa Palma, jefa nacional del Programa Materno Infantil (PAMI) del MINSAP.