Ocho personas murieron en un tiroteo en Jerusalén y diez resultaron heridas, dijo el viernes el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel. El tiroteo tuvo lugar en una sinagoga, según el ministerio.
Los servicios de rescate de emergencia Magen David Adom de Israel dijeron que el atacante fue neutralizado en el lugar y que algunos de los heridos se encuentran en estado crítico.
Los servicios de emergencia estaban respondiendo a las llamadas sobre un tiroteo en el vecindario Neve Yaakov de la ciudad el viernes por la noche, también dijeron.
Ataques israelíes
El incidente se produce un día después del día más mortífero para los palestinos en Cisjordania en más de un año, cuando las fuerzas israelíes mataron a nueve palestinos e hirieron a varios más en la ciudad cisjordana de Jenin el jueves, según el Ministerio palestino de salud. Un décimo palestino murió en lo que la policía de Israel llamó un “disturbio violento” cerca de Jerusalén.
Además, Israel bombardeó el viernes la Franja de Gaza en respuesta a un disparo de cohetes desde el enclave palestino, en una escalada que la ONU definió alarmada como un «ciclo de violencia sin fin».
El ejército de Israel indicó que realizó al menos dos rondas de bombardeos aéreos contra islamistas de Hamás, tras varios disparos de cohetes procedentes de Gaza hacia el sur de Israel. Ninguna de las partes reportó heridos y la mayoría de los cohetes disparados desde Gaza fueron interceptados por el sistema israelí de defensa aérea.
Los movimientos armados Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza, y Yihad Islámica participaron en los disparos de cohetes, indicó Jaled el-Batsh, un responsable de Yihad Islámica.
Horas antes, Hamás había indicado que los proyectiles llevaban el siguiente mensaje: «El enemigo [Israel] debe estar alerta, porque la sangre palestina derramada cuesta cara».
Miles de personas se manifestaron en Gaza el jueves, donde se vieron carteles que rezaban: «Yenín, la respuesta llega y la resistencia es nuestra estrategia».
Incursión en Yenín
La incursión israelí del jueves en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, dejó nueve muertos y una veintena de heridos, según el Ministerio palestino de Salud.
Otro palestino murió por disparos israelíes en un incidente separado cerca de Ramala, también en Cisjordania, añadió la misma fuente.
La Autoridad Palestina calificó la incursión en Cisjordania como una «masacre» y anunció que dejaba de cooperar en materia de seguridad con Israel.
Según la ONU, no ha habido tantos muertos en una operación israelí en Cisjordania desde que comenzaron los registros de esas operaciones en 2005.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos llamó a «poner fin al ciclo de violencia sin fin» y se dijo «muy preocupado por el fuerte aumento de muertes de palestinos en operaciones israelíes en Cisjordania ocupada».
Estados Unidos está «profundamente preocupado» por la «escalada de violencia», afirmó John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, e indicó que Washington insta a «todas las partes involucradas» a buscar «urgentemente desactivar la crisis».
El Departamento de Estado anunció que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, viajará la próxima semana a Israel y Cisjordania para tratar de «reducir las tensiones».
Emiratos Árabes Unidos, que normalizó sus relaciones con Israel en 2020, condenó también «el asalto de las fuerzas israelíes» y pidió una reunión «urgente» del Consejo de Seguridad de la ONU.