Había comenzado bien el año para el presidente Joe Biden, después de que el atropellado espectáculo que marcó la elección del republicano Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes dejara nuevamente en evidencia el extremismo que se ha apoderado de sus rivales políticos, pero los vientos no han tardado en cambiar de rumbo.
El fiscal general del Estado, Merrick Garland, ha anunciado este jueves el nombramiento de un fiscal especial para investigar al presidente de Estados Unidos por su gestión de los secretos de Estado, horas después de que la Casa Blanca reconociera el hallazgo de un nuevo paquete de documentos clasificados en posesión de Biden que datan de la presidencia de Barack Obama.
Estos últimos documentos se han encontrado en su vivienda particular de Delaware, concretamente en el garaje y una habitación adyacente, un hallazgo que ha precipitado la decisión de Justicia.
Preguntas
En una declaración sin preguntas, Garland ha anunciado el nombramiento de Robert Hur, un veterano fiscal que trabajó para la Administración Trump, para investigar una “posible substracción no autorizada y retención de documentos clasificados” por parte de Biden. No solo el “pequeño número” de documentos que han desvelado este jueves sus abogados, sino también la docena adicional que ya encontraron el pasado 2 de noviembre, seis días antes de las elecciones legislativas, un hallazgo que la Casa Blanca no reconoció hasta principios de esta semana.
Aquel primer paquete apareció en el despachó que Biden ocupó en un laboratorio de ideas de Washington entre 2017 y 2020, los años que transcurrieron desde que abandonara la vicepresidencia y retornara a la Casa Blanca convertido en comandante en jefe.
Los descubrieron sus propios abogados mientras ayudaban a cerrar la oficina en un armario bajo llave e inmediatamente informaron al Departamento de Justicia y los pusieron a disposición de los Archivos Nacionales, según el relato de la Casa Blanca.
¿Negligencia u ocultación?
La ley es muy clara al respecto. Sostiene que todos los documentos oficiales de la Casa Blanca, estén o no clasificados, deben entregarse a los Archivos Nacionales en cuanto cambia la Administración. Y eso es lo que investigará Hur, un fiscal respetado y con una larga trayectoria en Washington, encargado ahora de dilucidar por qué Biden se quedó con algunos de aquellos papeles.
¿Fue una negligencia o trataba de ocultar algo? “Estaban guardados en zonas apropiadas y archivadores de mi casa, en mi librería personal”, dijo Biden este jueves, horas antes del anuncio del fiscal general.
La tormenta política es, como mínimo, embarazosa para el presidente, que ha tratado de hacer del ejemplo ético una de las señas de identidad de su presidencia. El mismo Biden que acusó de “irresponsabilidad” a Donald Trump cuando el FBI encontró centenares de documentos clasificados en su residencia de Mar-A-Lago. También Justicia está investigando al republicano por un presunto manejo irregular de los secretos de Estado, que podría incluir la obstrucción a la Justicia, ya que Trump se negó a cooperar con las autoridades.
No en vano, los documentos clasificados en su posesión solo se recuperaron después de que el FBI obtuviera una autorización judicial para registrar su resort en Florida.
Republicanos
Para los republicanos, que acaban de recuperar el control de la Cámara de Representantes, donde se espera que lancen en breve varias investigaciones contra el presidente y su familia, son buenas noticias que les servirán para embarrar la reputación del demócrata.
Y llega después de que reclamaran a Justicia la designación de un fiscal especial para investigar a Biden, el mismo tratamiento que se dio a Trump. “Los dobles estándares en este caso son alarmantes”, dijo horas antes del anuncio el diputado conservador, Josh Hawley. “El cuestionado comportamiento en ambos casos es idéntico: la retención por parte del presidente de material clasificado vinculado a una presidencia anterior”.
Una opinión que no comparten, sin embargo, los demócratas, dado que un presidente ha cooperado con las autoridades y otro no lo hizo.