El futbolista iraní Amir Nasr Azadani finalmente fue condenado este lunes a 26 años de cárcel por un tribunal revolucionario por el supuesto asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad y otros dos delitos cometidos durante las protestas que sacuden el país persa desde mediados de septiembre.
Otros tres implicados en el asesinato de los tres basijis -milicia islámica- en la ciudad de Isfahan a mediados de noviembre fueron condenados a muerte y otro más a dos años de prisión, informó la agencia Mizan, adscrita al Poder Judicial.
El caso de Azadani se volvió viral y provocó críticas en todo el mundo cuando asociaciones de futbolistas y medios internacionales anunciaron en diciembre que había sido condenado a muerte. Ahora, la sentencia del futbolista incluye 16 años de prisión por su complicidad en el asesinato de los tres basijis, a cinco por el cargo de reunión y colusión para cometer delitos y a dos más por ser miembro de grupos ilegales con la intención de perturbar la seguridad pública. Las condenas las cumplirá simultáneamente, por lo que en principio pasará en prisión 16 años.
Azadani jugó en diversos clubes de Irán y durante las temporadas 16-17 y 18-19 lo hizo en el Tractor Sazi, equipo por el que acaba de fichar el técnico español Paco Jémez.
Ejecutan al campeón nacional de karate
Después de que el futbolista Amir Nasr Azadani fuera condenado a 26 años de cárcel por su participación en las protestas en Irán, el régimen del país ha ejecutado a Mohammad Mehdi Karami, campeón nacional de karate, y a Seyed Mohammad Hosseini, entrenador infantil.
Según apuntan distintas agencias afines al régimen iraní, Karami y Hosseini fueron ahorcados por haber matado a un miembro de la fuerza paramilitar Basij el pasado 3 de noviembre.
Karami, de 21 años, comenzó a practicar karate a los 11 y actualmente era una de las grandes figuras de este deporte en Irán. Estuvo en el equipo nacional juvenil iraní y ganó varios campeonatos nacionales.
Karami fue condenado el 5 de diciembre, apenas una semana después de que comenzara su juicio en Teherán. Amnistía Internacional ha asegurado que el juicio había sido «nada parecido a un procedimiento judicial significativo». Su familia afirma que fue torturado en prisión y que le negaron el acceso a un abogado.