La Ciudad de México fue escenario de una protesta que buscaba visibilizar una problemática urbana cada vez más apremiante: la gentrificación. En el corazón de la colonia Hipódromo-Condesa, cientos de personas se reunieron en el Parque México para exigir un freno al aumento desmedido de rentas y al desplazamiento de residentes originales en barrios como Roma, Condesa, Juárez, Obrera y Doctores.
Lo que comenzó como un diálogo pacífico derivó en actos vandálicos y un inesperado enfrentamiento verbal contra el reconocido influencer mexicano Luisito Comunica, quien se convirtió en el centro de una controversia que se viralizó rápidamente en redes sociales.
Un encuentro accidental con la furia colectiva
Luis Arturo Villar Sudek, conocido como Luisito Comunica, es uno de los creadores de contenido más populares de habla hispana, con millones de seguidores en YouTube, Instagram y TikTok. Sus videos sobre viajes, gastronomía y cultura urbana lo han convertido en una figura icónica, pero también en un empresario con inversiones en bares, restaurantes y cafeterías en zonas de alta plusvalía de la Ciudad de México. El viernes 4 de julio, mientras caminaba por la colonia Hipódromo, se topó accidentalmente con la primera marcha antigentrificación organizada por colectivos vecinales y activistas.
“Fue una situación llena de adrenalina. Iba caminando por la calle y me encuentro con un grupo de manifestantes. Me acerco y resulta que era una manifestación antigentrificación. Estaban gritando ‘¡A la verga los gringos, a la verga las rentas!’, y me metí de chismoso”, relató Luisito en sus historias de Instagram. Su curiosidad, sin embargo, pronto se convirtió en un episodio tenso. Al ser reconocido, algunos manifestantes lo señalaron directamente: “¡Chinga tu madre, Luisito! ¡Tú eres parte del problema, eres parte de la gentrificación!”, le gritaron, según narró el propio influencer.
Desconcertado, Luisito respondió: “Wey, ¡yo soy mexicano!”, defendiendo su identidad y negando ser parte del fenómeno que los manifestantes asociaban con extranjeros y el encarecimiento de la vida en la ciudad. Sin embargo, la situación escaló. Entre gritos, insultos como “¡Muévete, pendejo!” y consignas como “La gentrificación no es progreso, es despojo”, el youtuber se vio rodeado. Algunos asistentes incluso lo acusaron de contribuir al desplazamiento de comunidades locales debido a sus negocios en colonias gentrificadas.
Entre selfies y tensiones: una escena caótica
El incidente no fue unidireccional. Mientras algunos manifestantes lo increpaban, otros aprovecharon para pedirle fotos y saludos, creando un contraste que reflejó la polarización que genera la figura de Luisito Comunica. “Había un grupo propalestina en la manifestación y también me empezaron a culpar. Ya era parte de todos los problemas del mundo, al parecer”, comentó con ironía en sus redes sociales. La situación se volvió tan abrumadora que el influencer buscó ayuda de dos policías presentes en la zona. “Me acerco a uno y le digo: ‘Poli, sácame a la verga de aquí’. Y me dicen: ‘Luisito, ¿para qué te vienes a meter aquí?’”, relató, asegurando que fue escoltado fuera del lugar sin sufrir agresiones físicas.
El episodio fue captado en video por asistentes y se difundió ampliamente en redes sociales, convirtiendo a Luisito en tendencia en plataformas como X y TikTok. En las imágenes, se observa al youtuber intentando evadir a la multitud, subiéndose a una banqueta y acercándose a los policías, quienes lo acompañaron al otro lado de la calle. Incluso después de escapar de la protesta, una señora se acercó para saludarlo amablemente, un gesto que él correspondió, mostrando su disposición a mantener la calma en medio del caos.
El contexto de la protesta: un grito contra la gentrificación
La marcha, convocada por colectivos como yoxlas40horas, Gentrificación en tu idioma y Obrera CDMX, entre otros, partió desde el Foro Lindbergh del Parque México en la alcaldía Cuauhtémoc. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, denunciaban el aumento de hasta un 300% en las rentas durante la última década, el desplazamiento de comunidades originarias y la transformación comercial de barrios tradicionales en zonas exclusivas para turistas y nómadas digitales. Consignas como “¡Gringos, go home!” y “La gentrificación es colonización” resonaron en las calles, acompañadas de pancartas que exigían regulaciones para el alquiler de viviendas y límites al uso de propiedades para hospedaje turístico, como Airbnb.
Como empresario, Luisito Comunica ha invertido en negocios en colonias como Roma y Condesa, áreas que han experimentado un auge comercial impulsado por el turismo
Aunque la protesta comenzó de manera pacífica, con un diálogo sobre el derecho a habitar la ciudad, derivó en actos vandálicos. Manifestantes encapuchados realizaron pintas, lanzaron petardos y destrozaron los ventanales de una sucursal de Starbucks en la calle Sonora, en Condesa, además de dañar sillas y mesas de otros negocios. Estos incidentes desataron un debate en redes sociales sobre los límites de la protesta y la legitimidad de sus demandas, con algunos usuarios apoyando la causa y otros criticando las expresiones de violencia y las consignas xenófobas, como “¡Fuera gringos!”.
El gobierno de la Ciudad de México condenó las actitudes discriminatorias en una tarjeta informativa, afirmando que “la lucha contra la gentrificación no puede convertirse en una excusa para promover discursos de odio o prácticas discriminatorias”. Beatriz, una de las manifestantes entrevistada por IMER Noticias, aclaró que la protesta no iba contra los migrantes, sino contra el impacto económico que desplaza a los residentes locales: “No es justo que las comunidades originarias tengan que irse de sus zonas a buscar sitios más económicos”.
¿Por qué Luisito Comunica fue el blanco?
La reacción contra Luisito Comunica no fue del todo arbitraria. Como empresario, el youtuber ha invertido en negocios en colonias como Roma y Condesa, áreas que han experimentado un auge comercial impulsado por el turismo y la llegada de extranjeros con mayor poder adquisitivo. Para algunos manifestantes, su presencia simbolizaba el tipo de desarrollo urbano que critican: uno que eleva el costo de vida y transforma los barrios en espacios inaccesibles para los residentes originales. Frases como “¡Tú también desplazaste vecinos con tus pinches negocios, wey!” reflejaron esta percepción.
Sin embargo, la situación también puso en evidencia la complejidad del debate. Luisito, nacido en Puebla y con una trayectoria que incluye la documentación de problemas sociales en sus videos, se defendió destacando su identidad mexicana y su intención de solo observar la marcha. En redes sociales, las reacciones se dividieron: algunos usuarios celebraron que se confrontara a figuras públicas asociadas con la gentrificación, mientras que otros criticaron la agresividad de los manifestantes, argumentando que Luisito no representa el problema estructural. Un usuario en X comentó: “¿Soy parte de todos los problemas del mundo? Sí, @LuisitoComunica, un poco sí”, resumiendo la polarización en torno al incidente.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, denunciaban el aumento de hasta un 300% en las rentas durante la última década.
Gentrificación: un problema que resuena más allá de México
La gentrificación, definida como el proceso por el cual barrios populares son transformados por la llegada de personas con mayor poder adquisitivo, ha generado protestas en todo el mundo, desde Barcelona hasta Nueva York. En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con el aumento de nómadas digitales y turistas que buscan barrios como Condesa y Roma por su atractivo cultural y precios más bajos en comparación con sus países de origen. Esto ha llevado a un encarecimiento de las rentas, con departamentos de 46 metros cuadrados alcanzando precios de hasta 8 millones de pesos, según reportes.
La protesta del 4 de julio, coincidiendo con el Día de la Independencia de Estados Unidos, también reflejó tensiones culturales, con consignas que algunos interpretaron como xenófobas. Sin embargo, organizadores como Eduardo Alanis, del Frente Antigentrificación, enfatizaron que el objetivo era visibilizar las dificultades de los jóvenes para acceder a vivienda asequible en un contexto de salarios insuficientes. Se estima que unas 400,000 familias han sido desplazadas a las periferias de la ciudad debido a estos procesos.
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