Dos hombres fueron imputados ante un juzgado en relación al hallazgo de 383 cadáveres en un crematorio privado en la Ciudad mexicana Juárez (norte), informó la fiscalía del estado de Chihuahua.
Los detenidos son el propietario del crematorio y un empleado, quienes son acusados de delitos contra la «inhumación, exhumación y respeto a los cadáveres o restos humanos».
Los cuerpos embalsamados fueron encontrados «apilados» sin ningún orden y se presume que son de personas fallecidas en los últimos dos o tres años, y que debían haber sido incineradas en virtud del servicio que el crematorio daba a lugares funerarios.
El fiscal estatal, César Jáuregui, explicó en rueda de prensa que ya se tienen elementos para identificar 27 cuerpos, pues muchos contaban con pulseras y nombres que se colocan en los hospitales.
Vehículos de la Policía Municipal y del Servicio Médico Forense permanecen afuera del crematorio donde las autoridades encontraron 381 cadáveres embalsamados en Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
«Ahora estamos buscando a las familias ya con el nombre del cuerpo para comunicarles esa cuestión», dijo al señalar que ya se han analizado otros 148 cadáveres.
Contó que numerosas personas han acudido a la fiscalía para indagar por sus familiares fallecidos.
Tras conocerse este caso, en redes sociales personas que aseguran ser de Ciudad Juárez y que dicen haber contratado servicios de cremación denuncian que revisaron las cenizas que les entregaron y éstas tienen una textura similar a la tierra común.
La hipótesis de la fiscalía es que la gran mayoría de estos cuerpos fueron velados y luego trasladados al crematorio para su incineración y entrega a los deudos.
Jaúregui agregó que tras la muerte del propietario original del crematorio, los nuevos encargados probablemente perdieron el control del establecimiento, se vieron superadas en sus capacidades y siguieron recibiendo cuerpos para luego simular que entregaban las urnas con cenizas.
México, un país duramente golpeado por el accionar del crimen organizado, sufre desde hace años una crisis de su sistema forense, saturado por el elevado número de cuerpos que debe procesar, la falta de personal y las restricciones presupuestales.