La canción YMCA de Village People, lanzada en 1978 y asociada a la cultura gay, se ha convertido en un himno inesperado para Donald Trump. Durante sus mítines y eventos de recaudación de fondos, el presidente electo la usa frecuentemente y baila mientras sus seguidores la corean. La relación entre esta canción y Trump se fortalece aún más, ya que la banda actuó en su investidura.
Compuesta por Jacques Morali y Victor Willis, YMCA es una fusión de metales, violines y ritmos pegadizos que invitan a unirse al baile. Sus icónicos movimientos de brazos se popularizaron en 1979, aunque Trump no los imita. Su carácter alegre la ha convertido en una canción universal, usada en bodas, eventos deportivos y hasta en manifestaciones políticas.
Culturalmente significativa
En 2020, la Biblioteca del Congreso de EE.UU. la reconocen como culturalmente significativa. Poco después, se convirtió en el himno de las protestas contra el confinamiento por la pandemia, con algunos manifestantes cambiando la letra a «MAGA«. Su presencia en la campaña de Trump refuerza el tono festivo de sus actos, más parecidos a conciertos que a eventos políticos.
El antropólogo A. Jamie Saris señala que el vínculo entre YMCA y Trump refleja la nostalgia del movimiento MAGA. Sus seguidores idealizan una época en la que «EE.UU. era grande» sin considerar sus contradicciones. Curiosamente, la estética de Village People, con disfraces de obreros y militares, recuerda los atuendos de algunos simpatizantes de Trump en sus mítines.
Aunque muchos músicos han prohibido el uso de su música en sus campañas, Victor Willis cambió de opinión y permitió que Trump siguiera usando YMCA debido a los beneficios económicos. Esta conexión refuerza la imprevisibilidad de Trump, cuyas elecciones musicales, según expertos, reflejan su personalidad caótica y su falta de apego a ideologías fijas.