Al menos diez embarcaciones artesanales se hundieron este viernes por un fuerte oleaje en la región de Piura, zona costera de Perú. Ante la intensa marea, pescadores han perdido sus botes y redes de pesca, materiales fundamentales para su trabajo del día a día. Asimismo, la situación ha afectado a decenas de viviendas y locales comerciales del sector.
El hecho se registró específicamente en Lobitos, Talara, donde las olas de más de 2 metros de altura también han afectado las calles y negocios aledaños, como hoteles y restaurantes. Las imágenes registradas por varios testigos muestran los momentos de pánico que se vivieron este viernes.
Asimismo, expertos ambientales sostienen que habían advertido que esta situación podía ocurrir en estas fechas, por lo que señalaron que esta tragedia se podía haber evitado.
«A partir de hoy entre la tarde y la noche, el oleaje se volverá fuerte en la costa norte. Progresivamente esas condiciones alcanzarán la costa central y las playas de Lima y Callao mañana», dijo en su cuenta de X Abraham Levy, especialista reconocido en temas sobre el clima, además de representante de la empresa Ambiand, Ambiental Andina S.A., la cual brinda servicios de meteorología e hidrología en Perú.
«No se metan ni se acerquen al mar. Inundaciones costeras son altamente probables», agregó en otra publicación.
«Los establecimientos comerciales a pie de playa, deben ser evacuados como medida preventiva para evitar la mayor exposición a daños personales y de la propiedad«, explicó el experto.
Una serie de eventos lamentables en Perú
Ciudadanos del norte se encuentran preocupados por esta seguidilla de eventos trágicos. Como se recuerda, días atrás se reportó un derrame de petróleo en la playa ‘Las Capullanas’, en el distrito de Lobitos, lo que contaminó aproximadamente 10 mil metros cúbicos del mar peruano.
El derrame se detectó el viernes en la playa Las Capullanas, cuando se iba a proceder al embarque de crudo en el buque Polyaigos, señaló la empresa el sábado en un comunicado donde no se precisó la causa del siniestro. Dicha playa se ubica a 10 kilómetros de la refinería de Talara, que opera Petroperú.
El gubernamental Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) verificó el lunes que el crudo vertido se extendió en un área de 47 a 229 hectáreas, desde la Refinería de Talara hasta la playa Cabo Blanco.
El volumen del crudo derramado al mar no ha sido precisado por la empresa, pero según la prensa local sería una cantidad equivalente a un barril de petróleo (alrededor de 42 galones).
La Fiscalía de Perú por su lado inició el domingo una investigación contra la empresa Petroperú por el presunto delito de contaminación ambiental tras hallarse evidencia de «la presencia de una sustancia oleosa y sedimentos impregnados tanto en el mar como en la orilla de la playa Las Capullanas».
También se encontró «aves y fauna marina gravemente afectadas por la contaminación de las aguas», agregó.
El derrame actual resulta menor respecto a las dimensiones del desastre ambiental del 15 de enero de 2022, cuando unos 12 mil barriles de petróleo de la española Repsol se vertieron en las costas afectando 71 sitios entre playas, islas y áreas naturales protegidas al norte de Lima.
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