Existen varias alternativas para obtener la residencia estadounidense, una de ellas es la certificación laboral, conocida como PERM.
El PERM (Programa de gestión de revisión electrónica), administrado por la Administración de Empleo y Capacitación (ETA), evalúa si contratar a un extranjero afectaría las oportunidades laborales de los estadounidenses.
Para ello los empleadores deben obtener una certificación PERM antes de solicitar visas basadas en el empleo. Por ejemplo, la EB2.
La abogada de inmigración Rosaly Chaviano, cree que este trámite es una opción positiva para los migrantes, «hay que destacar que es la empresa la que debe ofrecer esta alternativa a los migrantes, ya que la empresa es la que hace la solicitud y paga por el trámite».
Las claves de la certificación laboral
La abogada Chaviano precisa que, «el empleador debe demostrar que esa posición no puede ser ocupada por un ciudadano estadounidense, por ejemplo, demostrar que el puesto se necesita un título en específico o ciertos cursos, eso puede ayudar».
Explica que la empresa que realice la solicitud tiene que realizar varios pasos, «lo primero es revisar el salario que debe aplicarse a esa posición, luego se publica el puesto de trabajo en prensa o agencias para que la gente pueda aplicar, una vez cumplido el lapso se somete peritición de certificación».
Cabe destacar, que aunque el migrante cuente con el apoyo de la empresa, el proceso para solicitar y obtener una respuesta puede tardar unos dos años, «si el Departamento del Trabajo pide una auditoría del caso podría tardar un poco más», advierte la abogada.
En caso de que la petición sea aprobada, posteriormente el migrante debe someter el formulario I-140 ante el Departamento de Inmigración para avanzar el proceso que le permitirá obtener la residencia estadounidense.