La Asamblea General de la ONU pidió el miércoles el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos en «12 meses» en una resolución no vinculante muy criticada por Israel.
La resolución que desde el martes debatían los 193 Estados miembros de la ONU sigue el dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que en julio, al examinar la ocupación israelí desde 1967 a petición de la Asamblea General, determinó que «la presencia continuada de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados es ilegal» y que Israel tiene «la obligación (de) ponerle fin (…) lo antes posible».
El texto, aprobado por 124 votos a favor, 14 en contra (entre ellos Israel, Estados Unidos, Hungría, República Checa o Argentina) y 43 abstenciones, «exige» que Israel «ponga fin sin demora a su presencia ilegal» en los territorios palestinos y que lo haga «a más tardar 12 meses después de la aprobación de la presente resolución».
Un primer proyecto de texto daba sólo seis meses.
También «exige» la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios palestinos, la paralización de nuevos asentamientos, la devolución de las tierras y propiedades confiscadas y la posibilidad de retorno de los palestinos desplazados.
La resolución pide además a los Estados miembros que tomen medidas para poner fin a las importaciones procedentes de los asentamientos y al suministro de armas a Israel si hay motivos «razonables» para creer que podrían utilizarse en los territorios palestinos.
Asimismo, propone adoptar sanciones contra quienes participen en «el mantenimiento de la presencia ilegal de Israel» en los territorios palestinos.
«Inhumanidad»
El martes, el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, pidió a los Estados miembros que «elijan el lado correcto de la historia» apoyando esta resolución, la primera que se presenta en nombre del Estado observador de Palestina gracias a un derecho que acaba de conquistar.
«¿Cuántos palestinos más deben ser asesinados para que, por fin, se produzca un cambio que ponga fin a esta inhumanidad?», dijo, pocos días antes de la reunión anual de la Asamblea General, en la que se espera que la guerra de Gaza acapare los debates de las decenas de jefes de Estado y de gobierno que asistirán.
Mientras el Consejo de Seguridad está en gran medida paralizado en este asunto debido al reiterado uso del veto por parte de Estados Unidos para proteger a su aliado israelí, la Asamblea General presta regularmente su apoyo a los palestinos.
En mayo, la Asamblea dio un apoyo abrumador pero simbólico (143 votos a favor, nueve en contra y 25 abstenciones) al ingreso de pleno derecho de los palestinos en la ONU, bloqueado por Estados Unidos.
Aunque las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, Israel ha denunciado el nuevo texto.
«Es una decisión vergonzosa que apoya el terrorismo diplomático de la Autoridad Palestina», arremetió el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, en un comunicado justo después de la votación.
«Quienes contribuyen a este circo no son meros espectadores», sino «colaboradores», dijo.
«Cada voto en apoyo de este circo alimenta la violencia y anima a quienes rechazan la paz», dijo el martes desde la tribuna de la Asamblea.
La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield también condenó el «lenguaje incendiario» de un texto que no afirma que «Hamás, una organización terrorista, tiene poder en Gaza», una «resolución unilateral» que no avanza en la solución de los dos Estados.
El ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023, sin precedentes por su magnitud y violencia, causó la muerte de 1.205 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales y que incluye a los rehenes muertos en cautiverio.
Las represalias israelíes en Gaza han provocado un desastre humanitario y han dejado más de 41.000 muertos, según el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamás en Gaza.
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