Incluir a una influencer radical en su séquito le está pasando factura a Donald Trump, que no se imaginaba la férrea oposición que iba a despertar en la familia trumpista, hasta ahora muy unida.
La exuberante y ultracriticada Laura Loomer fue vista en un lugar destacado el miércoles junto al candidato republicano a la Casa Blanca durante la ceremonia de conmemoración de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York.
El problema es que dos días antes, Laura Loomer publicó en la red social X, donde la siguen 1,3 millones de personas, un mensaje que alarmó a los seguidores más radicales del millonario.
Si Kamala Harris es elegida «olerá a curry en la Casa Blanca», escribió, refiriéndose a los orígenes indios de la madre de la demócrata.
Extremadamente racista
Esta fue la gota que colmó el vaso para la familia MAGA, por las siglas en inglés del lema «Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo».
«Esto es espantoso y extremadamente racista», reaccionó Marjorie Taylor Greene, del ala más derechista del Partido Republicano. «No representa quiénes somos como republicanos o MAGA. No representa al presidente Trump».
«Es repugnante. Alguien tiene que pararlo», comentó Willie Montague, candidato al Congreso por un distrito electoral de Florida, el estado donde vive Donald Trump.
La influencer reaccionó.
«Los republicanos que me atacan simplemente están celosos de no haber estado en el avión con el presidente Trump. Es tan sencillo como eso»
Preguntado en California sobre Laura Loomer, Trump declaró: «Ella es un espíritu libre». «Laura dice lo que quiere», añadió.
Horas más tarde, matizó un poco sus palabras: «Laura Loomer no trabaja para mi equipo de campaña (…). No estoy de acuerdo con sus declaraciones pero, como los muchos millones de personas que me apoyan, ella está cansada de ver a los marxistas y fascistas de la izquierda radical atacarme y difamarme», publicado en su red social.
Ella se describe como «periodista de investigación», pero muchos de sus detractores la acusan de ser racista, homófoba, tránsfoba e islamófoba.
Al igual que su mentor, 47 años mayor que ella, es conocida por sus salidas de tono, que agitan las redes sociales.
Tóxica
Dijo que el islam era «un cáncer», que el 11 de septiembre fue el resultado de una «conspiración interna» e incluso que el presidente demócrata Joe Biden estuvo detrás del intento de asesinato de Donald Trump en julio.
Anthony Scaramucci, que fue director de comunicación de la Casa Blanca 11 días durante el mandato del republicano, aseguró que Laura Loomer transmitió al candidato buena parte de los mensajes mordaces que publica extensamente en su red social «Ella enciende las cerillas en la boca», declaró en CNN.
«El pasado de esta persona es realmente tóxico», opinó el senador Lindsey Graham al Huffington Post.
Muy influyente en el Partido Republicano, Graham se permitió dar un consejo a Trump: «se haría un favor garantizando que esta historia no se infle», es decir prescindiendo de la alborotadora Thom Tillis, otro senador republicano menos conocido, hizo lo propio.
«Basta ya», imploró en un mensaje en X. «Laura Loomer es una conspiranoica chiflada que regularmente suelta tonterías para dividir a los republicanos. Un agente encubierto del Partido Demócrata no lo haría mejor para dañar las posibilidades de Trump de ser reelegido», afirmación.
Laura Loomer no se ha dejado amilanar.
En un largo mensaje, este viernes aseguró que Lindsey Graham fue desleal a Donald Trump y que estaba «borracho» en la noche del debate.
Los colaboradores de Kamala Harris siguen con interés este ajuste de cuentas.
«Laura Loomer no es el problema. El problema es Trump», comentó David Plouffe, asesor del equipo de campaña de la demócrata.