Un equipo de buceo estadounidense halló los restos del barco de vapor francés Le Lyonnais, que se hundió en el Atlántico en 1856 tras chocar con un velero estadounidense.
Considerado el más moderno para la época, el buque regresaba a Francia tras completar su viaje inaugural a Nueva York cuando se produjo el desastre, que dejó 114 muertos.
Jennifer Sellitti, portavoz de la empresa Atlantic Wreck Salvage, dijo a la AFP que los restos fueron hallados el mes pasado tras más de veinte años de búsquedas, y yacen a 320 kilómetros de New Bedford, Massachusetts.
Las mediciones de un cilindro del motor fueron clave para identificar el buque.
«Desde luego, no tiene tan buen aspecto como antes», describió Sellitti, que atribuyó el deterioro a las «brutales» condiciones del Atlántico.
El Le Lyonnais fue construido en 1855, encargado por la empresa Compagnie Franco-Americaine para llevar pasajeros y correo a través del Atlántico.
«Fue el primer intento de Francia de tener una línea de pasajeros exitosa», cuando comenzaba la transición de la vela al vapor, afirmó Sellitti.
El choque ocurrió en la noche del 2 de noviembre de 1856, cuando el Lyonnais, con 132 pasajeros y tripulantes a bordo, la mayoría franceses, se encontró con el Adriatic, un velero estadounidense que se dirigía a Georgia.
Jonathan Durham, capitán del Adriatic, que luego fue detenido y juzgado en Francia, relató a The New York Times que el Lyonnais «cambió repentinamente su curso, lo que hizo inevitable la colisión».
El Adriatic sufrió daños importantes pero consiguió llegar a Gloucester, Massachusetts, dos días después.
El barco francés, en cambio, resultó gravemente averiado: con un agujero en la línea de flotación y otro probablemente cerca de sus carboneras, dijo Sellitti. Se hundió varios días después y solo algunas personas sobrevivieron.
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