Kamala Harris y Donald Trump regresan este jueves 12 de septiembre de 2024, a los estados más disputados de Estados Unidos, donde se decidirá el resultado de las elecciones, con la demócrata esperando aprovechar el impulso de su actuación en su primer debate presidencial.
La vicepresidenta realizará mitines consecutivos en Carolina del Norte mientras Trump viajará a Arizona, dos días después de que Harris llevara al expresidente republicano a ponerse a la defensiva en el primer enfrentamiento cara a cara de los dos candidatos en esta campaña.
Pero aún no está claro si la contundente actuación de Harris, vista por 67 millones de espectadores en Estados Unidos, cambiará el rumbo en una carrera que todavía está reñida a menos de dos meses del final.
La campaña de Harris sostuvo que la candidata, de 59 años, entra en una fase «más agresiva» en su carrera por la Casa Blanca, «buscando capitalizar su victoria decisiva en el debate y aprovechar el impulso».
Agregó que Harris también se involucraría más con los medios: solo ha concedido una entrevista televisiva desde la decisión del presidente Joe Biden en julio de abandonar su candidatura.
Los mítines de Harris en Charlotte y Greensboro, Carolina del Norte, «redoblarán su mensaje de que el país debe pasar página de Trump», añadió la campaña.
El debate de ABC News en Filadelfia fue un bienvenido espaldarazo para Harris, ya que el impulso inicial de entusiasmo que la ayudó a borrar la ventaja de Trump en las encuestas parecía estar estabilizándose.
La amenaza más grave
Trump subirá al escenario en Tucson, Arizona, en medio de informes de los medios sobre la agitación en su bando por la forma en que Harris logró desafiarlo en temas como el aborto y la política exterior.
El republicano, de 78 años, se centrará en la «economía en dificultades y el creciente costo de la vivienda», informó su campaña, lo que indica un intento de lograr que se ciña a las preocupaciones electorales dominantes, en lugar de a su afición por las teorías conspirativas y los insultos.
En ambos casos, la elección de los estados indecisos para sus primeros mitines luego del debate refleja la necesidad de ganarse a grupos clave de votantes.
Harris pretende animar a los electores negros y jóvenes de Carolina del Norte a respaldar su intento de convertirse en la primera mujer comandante en jefe de Estados Unidos, en un estado donde ha borrado una ventaja de seis puntos sobre Trump el último mes.
Mientras tanto, Trump se dirige a los votantes hispanos en Arizona, donde Biden ganó por un pequeño margen de alrededor de 10.000 votos en las elecciones de 2020.
El regreso a estos estados -en el corazón de las elecciones- ocurre un día después de la breve tregua que se concedieron Trump y Harris para asistir a la conmemoración de otro aniversario de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York.
El jueves, Harris aún obtenía beneficios del debate: otro republicano, Alberto Gonzales, que fue fiscal general bajo la presidencia de George W. Bush, le ofreció su respaldo.
Gonzales escribió en Politico que Trump es «quizá la amenaza más grave al Estado de Derecho en una generación», citando su aliento a los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio en medio de un intento sin precedentes de impugnar la victoria electoral de Biden.
Próximos pasos
Ambos candidatos seguirán recorriendo los lugares más determinantes en los próximos días.
Harris regresará a la fundamental Pensilvania el viernes para eventos de campaña en Johnstown y Wilkes-Barre, antes de asistir a una cena de premiación el sábado con su marido Doug Emhoff.
El viernes, Trump pronunciará un discurso en Las Vegas sobre el costo de vida en Nevada, otro estado clave.
El compañero de fórmula de Harris, Tim Walz, viajará a Michigan y Wisconsin de jueves a sábado como parte de la gira de campaña por los estados indecisos.
Con información de la agencia de noticias: AFP