San Marino, el equipo más débil del planeta según el ranking de la FIFA, donde ocupa la posición 210, ha logrado lo inesperado: cortó una racha maldita de 141 partidos sin ganar con una histórica victoria por 1-0 contra Liechtenstein en la UEFA Nations League.
Nicko Sensoli, un joven de apenas 19 años, fue el héroe de la jornada al marcar el gol solitario que decidió el encuentro. Su tanto fue suficiente para que San Marino rompiera con veinte años de sequía de victorias, desde el último triunfo logrado el 28 de abril de 2004, también contra Liechtenstein.
Sucedió a los 52 minutos de partido, cuando tras un centro al área de los derrotados fue peinado por un defensor, otro durmió, y el citado Sensoli, por atrás, apareció para pellizcar el balón y batir al arquero adversario. El equipo y los fanáticos celebraron dicho triunfo como si fuera la final del Mundial. La victoria ha sido apenas la segunda en la historia del conjunto sanmarinense; la primera en un cotejo oficial.
Racha desfavorable
Este hito resalta aún más al considerar la racha desfavorable de San Marino: 141 partidos sin conocer la victoria, acumulando apenas seis empates y 135 derrotas, con 21 goles a favor y 568 en contra.
El impacto del triunfo se extiende también por la geografía y demografía del pequeño país. San Marino, con una población de cerca de 36,000 habitantes dispersos en 61,2 km², ha encontrado una razón para celebrar que unifica a todos sus ciudadanos. Los festejos se extendieron hasta el Palazzo Pubblico, donde se congregaron cientos de personas para compartir la alegría de un logro tan esquivo.
No obstante, a pesar de la alegría del momento, la historia de San Marino en el fútbol es rica en derrotas, pero también en pequeñas alegrías, como los empates históricos contra otras selecciones. Entre estas igualdades se destacan dos con Liechtenstein (en un amistoso y en otra Liga de Naciones), dos en Eliminatorias mundialistas (contra Turquía y Letonia), uno en Eliminatorias para la Eurocopa (Estonia) y algunos otros como contra Gibraltar, Seychelles (el primer empate contra una selección de otro continente), Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves.
Capacidad ofensiva del equipo
Este reciente éxito también puede considerarse como una continuación de una tímida pero visible mejoría en la capacidad ofensiva de San Marino. De hecho, venía de convertir en cuatro partidos consecutivos por primera vez.
Un argentino fue parte de la gesta: se trata de Dante Rossi, categoría 87, y oriundo de Pergamino. De pasado en la cantera de Newell’s, actuó como titular, terminó con la cinta de capitán en el brazo y se integró a la montonera con la que el plantel celebró un hito involvidable para el conjunto que durante décadas fue calificado como “la peor selección del mundo”.
Al margen de lo que este triunfo pueda significar en términos de puntos y clasificaciones futuras, lo más importante para San Marino es el impacto emocional y el histórico que tiene para el país y sus habitantes. Un gol, por sencillo que pueda parecer, ha puesto fin a dos décadas de frustración deportiva.