Rusia lanzó el lunes 26 de agosto de 2024, un «masivo» ataque con drones y misiles contra infraestructuras energéticas en Ucrania, que causó la muerte de al menos cuatro personas y llevó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski a reclamar la ayuda de sus aliados europeos.
Las autoridades ucranianas afirman que Rusia apuntó contra 15 regiones, en la mayor campaña de bombardeos realizada en semanas, en la que se utilizaron «más de 100 misiles de distinto tipo y un centenar de [drones] Shahed», según Zelenski.
Se trata de «uno de los ataques rusos más importantes», declaró el mandatario. «Hay muchos daños en el sector de la energía», agregó.
«Podríamos hacer mucho más para proteger vidas si la aviación de nuestros vecinos europeos trabajara junto con nuestros F-16 y junto a nuestra defensa aérea», insistió el presidente ucraniano en Telegram.
El Ministerio ruso de Defensa indicó que llevó a cabo un «bombardeo masivo» contra instalaciones energéticas necesarias para el «funcionamiento del complejo industrial-militar de Ucrania». «Todos los objetivos fueron alcanzados», aseguró, también en Telegram.
En Polonia
Poco después de esos bombardeos, un «aparato volador» penetró en territorio polaco, indicó el ejército de ese país, miembro de la OTAN, apuntando que «probablemente» se trataba de un dron.
«Sus características muestran que no se trata de un misil hipersónico, balístico o guiado», precisó a la prensa el general Maciej Klisz, comandante en jefe de las fuerzas operativas polacas.
Han pasado dos años y medio desde que Rusia invadió Ucrania, donde el ruido de las alarmas antiaéreas se ha vuelto algo habitual.
El sábado 24 de agosto de 2024, un bombardeo imputado a Rusia alcanzó un hotel de Kramatorsk, en el este de Ucrania en el que se hospedaban empleados de Reuters. El ataque mató a un asesor de seguridad e hirió a dos periodistas, según la agencia de prensa.
Este lunes 26 de agosto de 2024, el Kremlin afirmó que no tiene información «clara» sobre ese bombardeo, después de que Zelenski sostuviera que el ataque fue «deliberado».
«Lo repetiré una vez más. Los ataques son contra objetivos de infraestructura militar u objetivos relacionados con la infraestructura militar», subrayó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Muy muy duro
Tras los bombardeos rusos, el operador nacional de energía Ukrenergo efectuó apagones de emergencia para estabilizar la red y el transporte ferroviario se vio impactado.
Los ataques también alcanzaron las infraestructuras energéticas de la región de Leópolis, en el oeste, indicaron las autoridades.
En Kiev, la capital, parte de la población se refugió en las estaciones de metro subterráneas y en galerías cubiertas, observaron periodistas de AFP.
«Es muy muy duro», explicó Svitlana Kravchenko, de 51 años, en una estación de metro del centro de la ciudad, adonde se refugió con un centenar de personas.
«Nadie habría pensado que Rusia, otrora nuestra hermana, nos causaría tanto dolor», comentó, y dijo que le preocupaba acabar «acostumbrándose al miedo».
El último ataque mortífero en la capital se remonta al 8 de julio, cuando un misil ruso impactó en un hospital infantil, causando más de 40 muertos.
Según las autoridades, dos personas murieron en las regiones de Zhitomir y de Volinia, en el oeste; una en la de Dnipropetrovsk, en el sureste, y otra en la de Zaporiyia, en el sur.
Los bombardeos también dejaron al menos 20 heridos, según la misma fuente.
Otras dos personas murieron en bombardeos rusos posteriores, dijeron las autoridades.
Evacuaciones en el este
Rusia continúa avanzando en el este, aprovechando que el ejército ucraniano es menos numeroso.
En la región oriental de Donetsk, las autoridades decidieron ampliar las «evacuaciones forzadas de niños y sus padres» en los alrededores de Kostiantinivka, a unos 15 km de la línea del frente, porque se «deterioraron las condiciones de seguridad».
El lunes 26 de agosto de 2024, el primer ministro ucraniano y el jefe de gabinete de la presidencia reiteraron la importancia de poder utilizar armas occidentales de largo alcance contra Rusia, algo que, de momento, los aliados de Kiev rechazan.
«Es necesario», señaló en Telegram Andrii Yermak, jefe del gabinete del presidente, asegurando que esto «acelerará el fin del terror ruso».
Con información de la agencia de noticias: AFP