Corea del Norte prometió el sábado mejorar sus capacidades nucleares, en reacción a un informe de que Estados Unidos había revisado su propio plan estratégico nuclear.
El país «reforzará su fuerza estratégica en todos los sentidos para controlar y eliminar todo tipo de desafíos de seguridad que puedan resultar del plan revisado de Washington», informó la oficial Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).
El New York Times informó esta semana que un plan estadounidense aprobado por el presidente Joe Biden en marzo era prepararse para posibles enfrentamientos nucleares coordinados con Rusia, China y Corea del Norte.
La KCNA afirmó que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte «expresa su seria preocupación y denuncia y rechaza amargamente el comportamiento de Estados Unidos».
Agregó que Corea del Norte prometió impulsar la construcción de una fuerza nuclear suficiente y confiable para defender firmemente su soberanía.
Pyongyang y Moscú han sido aliados desde la fundación de Corea del Norte después de la Segunda Guerra Mundial y se han acercado aún más desde la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Estados Unidos y Seúl han acusado a Corea del Norte de proporcionar municiones y misiles a Rusia para su guerra en Ucrania.
Pyongyang, que se ha declarado una potencia nuclear «irreversible», ha calificado de «absurdas» las acusaciones de suministro de armas a Rusia.
Sin embargo, agradeció a Rusia por usar su veto en las Naciones Unidas en marzo para terminar efectivamente con el monitoreo de las violaciones de las sanciones justo cuando los expertos de la ONU comenzaban a investigar supuestas transferencias de armas.
China, también un aliado clave de Corea del Norte, se presenta como parte neutral en la ofensiva de Rusia contra Ucrania y dice que no está enviando asistencia letal a ninguna de las partes, a diferencia de Estados Unidos y otras naciones occidentales.
Pero es un aliado político y económico cercano de Rusia, y los miembros de la OTAN han calificado a Pekín de «facilitador decisivo» de la guerra.
Moscú ha recurrido a Pekín como un salvavidas económico desde que comenzó el conflicto en Ucrania, y ambos han impulsado el comercio a niveles récord mientras Rusia enfrenta duras sanciones de Occidente.