Los expertos japoneses advirtieron sobre un posible megaterremoto después del temblor de magnitud 7,1 que hirió a ocho personas el jueves en el sur de Japón.
«La probabilidad de que ocurra otro terremoto fuerte es mayor de lo normal, pero esto no indica que vaya a ocurrir con certeza», dijo la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Esta es la primera vez que se emite una advertencia de este tipo desde el establecimiento de un nuevo sistema de alerta después del devastador terremoto de 2011.
Un portavoz del gobierno declinó hacer comentarios sobre la información de la emisora pública NHK de que el primer ministro Fumio Kishida debería cancelar un viaje previsto para el viernes a Asia Central debido a la advertencia.
La Agencia de Gestión de Incendios y Desastres informó que ocho personas resultaron heridas, varias de ellas por la caída de objetos.
En el cruce de varias placas tectónicas a lo largo del «Anillo de Fuego del Pacífico», Japón es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo.
El archipiélago, donde viven unos 125 millones de personas, sufre alrededor de 1.500 temblores al año, la mayoría de ellos de baja magnitud.
Incluso los terremotos más fuertes generalmente causan pocos daños, gracias en particular a la aplicación de normas de construcción antisísmicas y a la conciencia pública sobre las medidas de emergencia.
El gobierno japonés había establecido previamente que había un 70% de probabilidad de que un megaterremoto azotara el país en los próximos 30 años.
Este temblor podría afectar a una parte importante de la costa del Pacífico japonés y amenazar a unas 300.000 personas, según los expertos.
“Aunque predecir terremotos es imposible, la ocurrencia de un terremoto generalmente aumenta la probabilidad” de que ocurra otro, describen los expertos en el boletín especializado Earthquake Insights.
Pero según ellos, incluso cuando el riesgo de un nuevo terremoto aumenta, sigue siendo «siempre bajo» El 1 de enero, al menos 318 personas murieron en un potente terremoto que azotó el centro del país.
El terremoto más potente jamás registrado en Japón fue el de magnitud 9, ocurrido el 11 de marzo de 2011 frente a su costa noreste, que desencadenó un maremoto que dejó alrededor de 20.000 personas muertas o desaparecidas.