Un diseñador mexicano encontró una oportunidad de negocio, amigable con el medio ambiente, en las millas de toneladas de basura que dejó la reciente campaña electoral en su país.
Gorras y bolsos con el rostro de la presidenta electa Claudia Sheinbaum o de su rival Xóchitl Gálvez forman parte de la colección que Mizael Perea fabricó con lonas y colgantes recolectados en las calles de Ciudad de México.
En su taller de la capital, Perea, de 33 años, cuenta a la AFP que le «impactó mucho» la cantidad de desechos que dejó la campaña, por lo que pensó en cómo aprovecharlos con sus conocimientos como diseñador industrial.
El despliegue publicitario para los comicios del 2 de junio habría dejado unas 25.000 toneladas de basura solo en Ciudad de México, una megaurbe de 9,2 millones de habitantes agobiada por problemas de desperdicios y contaminación, según un cálculo citado por la entidad Greenpeace.
Reutilizar la propaganda electoral
Perea decidió entonces reutilizar la propaganda para fabricar bolsos y gorras. Algunos objetos muestran el rostro del presidente Andrés Manuel López Obrador o la imagen intervenida, con rasgos exagerados, de Gálvez.
También cosió la mitad de una gorra que promociona a la izquierdista Sheinbaum con otra de su contrincante. «Pienso que hay alternativas (…) ecológicas o que contaminan mucho menos» para hacer campaña, señala.
El diseñador recolectó el material especialmente en puentes peatonales, tras notar que un día un equipo de campaña colocaba propaganda, que poco después fue rasgada o retirada para ponerla de otro aspirante.
«Aprovechaba cada salida que tenía para ir a lo que pudiera», explica Perea, que vende los productos por Internet o en un reconocido mercado callejero. Un bolso cuesta el equivalente a 22 dólares.
Material reciclado de las propagandas
El creador también reutilizó material que le regalaron las propias campañas.
Previo a las votaciones, activistas de Greenpeace arrojaron propaganda en las sedes de dos partidos y desplegaron pancartas con frases como «la basura electoral es una mala elección».
Los partidos mexicanos están obligados a presentar un plan de reciclaje de sus anuncios, que además deben ser fabricados con materiales biodegradables.