Un eclipse solar total será visible el 8 de abril de 2024 en Norteamérica, desde la costa de México en el Océano Pacífico hasta la punta nororiental del continente en el Océano Atlántico. Deberán pasar 300 años más para que la luz del Sol proyecte la sombra de la Luna de esta manera en la misma región de la Tierra, según Greg Schmidt, director del Instituto Virtual de Investigación de Exploración del Sistema Solar de la NASA. Para las personas que habitan los lugares cercanos a la trayectoria del fenómeno, esta es una oportunidad única en la vida.
Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa directamente entre el Sol y la Tierra. Cuando la Luna bloquea completamente el Sol, se le llama eclipse solar total. Cuando la Luna solo bloquea una parte del Sol, se le llama eclipse parcial.
Un eclipse anular es un tipo especial de eclipse parcial que ocurre cuando la Luna bloquea todo el Sol, excepto un pequeño anillo alrededor del borde.
A veces, un eclipse solar puede verse como un eclipse anular en algunos lugares y como un eclipse total en otros, a medida que la sombra de la Luna se desplaza por la superficie de la Tierra. Esto se conoce como un eclipse híbrido.
Solo un grupo privilegiado de ciudades tendrán la oportunidad de encontrarse dentro de la umbra del eclipse, donde habrá un oscurecimiento total del 100%.
En ese amplio territorio, millones de personas tendrán la oportunidad de observarlo en vivo, ya sea en forma parcial (con una parte del Sol tapada por la Luna), como también en forma total, donde el disco solar estará completamente oculto por nuestro satélite natural.
Este es el efecto de la umbra de la Luna, su oscura sombra central, que creará un camino de totalidad de aproximadamente 185 kilómetros de ancho, en diagonal a través de tres países del norte de América.
A continuación, una lista de las principales ciudades en las que el eclipse podrá apreciarse en su totalidad.
El primer momento de totalidad que se verá en el planeta será a las 16.38 GMT y el último a las 19.55 GMT, una suma de 3 horas, 16 minutos y 45 segundos.
La duración total de la totalidad será:
El eclipse tendrá distintos tiempos de totalidad, dependiendo en donde se encuentre el observador. La totalidad más corta, comenzará al sur de la isla Starbuck en el Océano Pacífico y durará apenas 2 minutos y 6 segundos. Aproximadamente 8000 kilómetros más lejos se encuentra el punto del mayor eclipse, donde la totalidad durará 4 minutos y 28 segundos a partir de las 17.15 GMT sobre un pequeño pueblo llamado Nazas a unos 25 minutos al noroeste de Torreón en el estado de Durango, México.
En este punto, la Luna estará lo más cerca de la Tierra que durante el eclipse simplemente porque la Tierra es esférica. Es sobre Nazas donde los centros de la Luna, la Tierra y el Sol están perfectamente alineados. Aquí, el camino de la totalidad tendrá 197 kilómetros de ancho, el más ancho que se vuelve durante el eclipse.
No es seguro observar un eclipse de Sol sin protección. La radiación solar puede causar quemaduras en la retina y contraer daños irreversibles.
Afortunadamente, existen métodos directos efectivos, como el uso de lentes especiales polarizados con certificación ISO 12312-2 y filtros especiales para telescopios y cámaras.
Bajo ninguna circunstancia se debe observar el eclipse utilizando elementos improvisados, como filtros de soldadura, películas negras, lentes de Sol u otros objetos opacos.
Salvo en los breves instantes que dura la totalidad (cuando el Sol está 100% cubierto por la Luna), donde podemos observar a simple vista sin peligro, los oftalmólogos advierten que nunca hay que mirar el eclipse en ningún grado de su parcialidad sin anteojos con filtros especiales, ya que causan un daño irreparable en la retina ocular.
Observar un eclipse solar es una experiencia inolvidable, pero mirar directamente al Sol puede producir un grave daño a los ojos.
Aun por un corto período de tiempo, sin tener la protección correcta, puede dañar la retina de forma permanente. Inclusive puede causar pérdida total de la visión, conocida como Retinopatía Solar: el daño en la retina del ojo que resulta de la exposición por observar eclipses solares sin las precauciones adecuadas.
Estos son algunos aspectos que los investigadores prevén estudiar.
Cuando la Luna cubra por completo el disco central del Sol, se podrá ver la capa exterior de su atmósfera, llamada corona solar, «de una manera muy especial», explicó Pam Melroy. Es una zona «que aún no comprendemos del todo».
El calor de la corona aumenta con la distancia a la superficie del Sol, un fenómeno contraintuitivo difícil de explicar para los científicos.
En esta región es donde se producen las erupciones y prominencias solares (estructuras de gas a menudo en forma de bucle).
Durante un eclipse, la parte más baja de la corona se ve mejor que utilizando un instrumento especial llamado coronógrafo, explica Shannon Schmoll, astrónoma de la universidad estatal de Michigan. Por eso es una oportunidad de oro para estudiarla.
Los científicos están especialmente entusiasmados porque el Sol se encuentra cerca de su pico de actividad, algo que se produce cada 11 años. Así que «las posibilidades de observar algo increíble son muy altas», afirmó Melroy.
Los científicos también estudiarán los cambios en la parte superior de la atmósfera terrestre, la ionosfera.
Es por allí que pasa gran parte de las señales de comunicaciones. «Las perturbaciones en esta capa pueden causar problemas a nuestros GPS y a las comunicaciones», subraya Kelly Korreck, ejecutiva de la NASA.
La ionosfera se ve afectada por el Sol: sus partículas se cargan de electricidad bajo la radiación solar durante el día.
Tres pequeños cohetes de sondeo serán lanzados antes, durante y justo después del eclipse desde Virginia, en el este de Estados Unidos, para medir estos cambios.
La reducción de la luz provocada por el eclipse, que es más rápida y localizada que en una puesta de sol, debería permitir conocer mejor el modo en el que la luz afecta a la ionosfera.
Los eclipses hacen que los animales se comporten de forma sorprendente: por ejemplo se han visto jirafas huyendo al galope y a gallos y grillos cantar.
Además de la luz, también pueden bajar las temperaturas y los vientos, algo que influye en los animales.
Andrew Farnsworth, investigador del laboratorio de ornitología de la Universidad de Cornell, estudia el efecto en las aves. Utiliza un radar meteorológico para detectar animales en vuelo.
Durante el anterior eclipse en Estados Unidos, en agosto de 2017, los investigadores observaron «un descenso en el número de animales que volaban», explica.
Este eclipse hizo que se detuvieran los comportamientos diurnos (insectos o pájaros se posaron), pero no provocó cambios en los comportamientos nocturnos, como el vuelo de murciélagos o aves migratorias.
Es posible que este año, en abril, estas aves se sientan más inclinadas a emigrar, predijo.
Estos estudios son «importantes para comprender cómo perciben el mundo los animales», subrayó el experto.
Un eclipse solar sí puede afectar el clima de la región de la umbra, pero solo temporalmente. La interrupción abrupta de la luz conduce a una disminución ligera de temperatura de entre seis y tres grados Celsius, además de cambios en el viento, presión atmosférica y humedad. Debido a que la totalidad tiene una duración de apenas cuatro minutos, cualquier cambio es insignificante, en términos globales.
No hay evidencia científica que relacione los eclipses solares con un aumento de la actividad volcánica o sísmica. Evita caer en pánico, no compartas información no confirmada y disfruta de la experiencia única.
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