El 5 de marzo de 2013 los ojos del mundo se posaron sobre Venezuela cuando pasadas las 5 de la tarde el entonces vicepresidente, Nicolás Maduro, anunciaba en cadena nacional de radio televisión que “a las 4:25 de la tarde había fallecido el presidente Hugo Chávez Frias”, luego de perder la batalla contra el cáncer, meses antes de morir, en las ultimas apariciones públicas, el propio Chávez le pedía a sus seguidores que respaldaran a Nicolás Maduro como su sustito en caso de que ocurriera el inevitable desenlace.
Venezuela vivió una jornada de luto nacional de 10 días, en los que el panorama político futuro a raíz de la muerte de Chávez, quien fue presidente de Venezuela desde 1999 hasta 2013, pasaron a segundo plano, sin embargo, ya el chavismo tenía su carta.
En la oposición sentían que la oportunidad de recuperar el poder era única, tomando en cuenta que la figura de Hugo Chávez salía de la escena política y por otro lado no todos los seguidores del oficialismo sentían afinidad por Nicolás Maduro.
El chavismo sabía el panorama al que se enfrentaba y por ello la convocatoria a elecciones presidenciales hecha por el Consejo Nacional Electoral, de tendencia oficialista, se hizo a escaso un mes del funeral del Comandante, el 14 de abril de 2013. La oposición le dio una nueva oportunidad a Henrique Capriles quien había perdido en diciembre en la última elección con Chávez.
Desde el oficialismo la imagen del Hugo Chávez fue pieza principal de toda la campana electoral de Nicolás Maduro, la voz, discursos y otros elementos fueron empleados en este esfuerzo por posicionar a un Maduro que pocos creían llegaría a la presidencia.
Henrique Capriles recorrió toda Venezuela con el apoyo de todas las toldas políticas, los venezolanos que aspiraban un cambio se movilizaron dentro y fuera de su país para aprovechar esta oportunidad, pero el resultado no le fue favorable, de acuerdo con el CNE, Maduro obtuvo 7.587.579, votos para un 50.62% mientras que Capriles logró 7 363 980 para un 49.12%, el candidato opositor denunció posteriormente irregularidades en el proceso pero ya todo estaba escrito “El hijo de Chávez” como se le llamaba a Maduro se convertiría en presidente de Venezuela.
Protestas y conflictos
La llegada de Maduro a Miraflores no fue sencilla, a poco de cumplirse un año de estrenarse en el cargo el dirigente opositor Leopoldo López convocó a las primeras manifestaciones contra el presidente Maduro, las cuales duraron varios meses dejando un saldo de 43 muertos. La respuesta del mandatario a las manifestaciones en su contra fueron las mismas que su predecesor: denuncia de golpe de estado, represión y persecución.
“Muchos estudiantes que participaron en esas protestas fueron encarcelados y torturados, no hubo estado de derecho para quienes tomaron las calles”, recuerda el abogado Negar Granados que ahora analiza la crisis venezolana desde Miami.
A la crisis política se sumó la drástica caída de los precios petroleros que complicaron la supervivencia de Maduro y de los venezolanos que comenzaron a sentir con más frecuencia escasez, debido a los controles de precio, fallas en los servicios básicos, entre otros. La economía se contrajo un 70% entre 2013 y 2019, a lo que se sumaría una reducción esperada del 30% en 2020, lo que la hace que se trate de una de las mayores crisis económicas del mundo según el Banco Interamericano de Desarrollo.
Migración sin precendentes
Desde la llegada de Maduro al poder, se calcula que unos 7.5 millones de venezolanos han salido del país, según cifras de Naciones Unidas, un éxodo sin precedentes que ha exportado la crisis a otras naciones que no se han dado abasto ante la masiva llegada de migrantes venezolanos, Colombia es uno de ellos, hoy calculan a casi 2.5 millones venezolanos en su territorio.
Aunque algunos países la sufren otros han aprovechado el capital humano venezolano para integrarlo a sus economías. “Son exiliados forzados por la crisis humanitaria que ha generado el propio gobierno”, precisa el abogado Negar Granados.
La crisis política
El chavismo no es hoy un movimiento tan monolítico, hay figuras que se han puesto en la acera de el frente de Nicolás Maduro, como el ex vicepresidente Elías Jaua, el expresidente de Petróleos de Venezuela Rafael Ramírez, entre otros quienes han lanzado críticas contra el presidente.
En 2015 otro golpe que recibió el chavismo bajo el liderazgo de Maduro es perder el control de la Asamblea Nacional, pero a pesar del veredicto del electorado el oficialismo se las ingenió y creó su propia Asamblea Nacional, despojando las competencia del poder legislativo consagrado en la constitución de ese país.
“Esa Asamblea Nacional se atrevió a designar un Tribunal Supremo de Justicia y todos los designados fueron perseguidos y terminaron en el exilio, esto fue un punto de quiebre que de algunas forma demostró el desconocimiento de la dictadura de la voluntad de la gente”, precisa el abogado Granados.
Desde la oposición los éxitos electorales también traen divisiones, dirigentes que han sido electos como diputados opositores han cedido a las presiones o intereses desde el gobierno para luego “cuadrarse” con el chavismo, decepcionando a los seguidores del movimiento opositor.
La constituyente y Guaidó
En el 2017, mientras el éxodo de venezolanos por Latinoamérica continuaba, Maduro anunció un proceso constituyente que llevaría al país a un nuevo proceso electoral, lo más destacado del proceso es que Maduro fue a un nuevo proceso electoral en 2018 para reelegirse sin problemas, ya que la mayoría de las figuras reconocidas dentro de la oposición decidieron no participar en el proceso al considerarlo inconstitucional.
El 21 de mayo de 2018, en una elección denominada por la baja participación de los electores venezolanos en un 46,01%, Nicolás Maduro fue reelecto como presidente, según el CNE con el 67% de los votos, contra un 21% del que representó a un sector de la oposición, Henri Falcón.
En 2019, la Asamblea Nacional opositora, reconocida por varios países asumió el reto de elegir a un “gobierno interino”, bajo el argumento de que la elección de Maduro era fraudulenta y que ante la falta de reconocimiento internacional era el momento de asumir las riendas del país.
El anuncio que reactivó la esperanza del movimiento opositor venezolano se sumó al reconocimiento de más de 60 países en el mundo que vieron en Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, como el presidente Interino de Venezuela.
Una batería de sanciones económicas complicó el panorama para Maduro durante un par de años, sin embargo, el “hijo de Chávez”, logró mantenerse en el poder mientras que la fuerza con la que inició el liderazgo opositor bajo Guaidó se resquebrajó y a finales del 2022 desapareció el interinato en medio de críticas y escándalos, entretanto, Maduro, sigue en Miraflores.
El analista Negar Granados sostiene que 10 años después de la muerte de Hugo Chávez, en Venezuela hay “un gobierno totalitario y comunista, en Venezuela hay una crisis institucional, no hay estado de derecho, la justicia venezolana esta corrompida, es un brazo que ejecuta la persecución y el régimen ha sabido operar la crisis y en el ámbito electoral logra lo que se propone porque controla el Consejo Nacional Electoral, los principios democráticos no existen en Venezuela y creo que ese chavismo que se creía que moría con Chávez hoy esta fortalecido”, concluyó Granados.