El gobierno de Colombia exigió este viernes liberar a 78 policías retenidos por indígenas y campesinos que protestan contra una petrolera en el suroeste de Colombia como “requisito” para mediar entre la comunidad y la empresa.
Las movilizaciones del jueves contra la petrolera Emerald Energy se tornaron violentas y terminaron en choques entre la comunidad y la fuerza pública.
Fallecidos
Un campesino y un policía fallecieron, varias personas quedaron heridas y los manifestantes retuvieron a 78 uniformados y 6 empleados de la petrolera, según las cifras más recientes del gobierno. La Defensoría del Pueblo había compartido un balance ligeramente superior.
Los manifestantes reclaman el cumplimiento de acuerdos pactados con la petrolera que opera en Colombia, tiene sede en Reino Unido y es filial del grupo chino Sinochem.
En videos difundidos en medios locales el jueves se veían las instalaciones bajo el fuego, mientras uniformados y civiles se enfrentaban con violencia.
La Defensoría del Pueblo publicó imágenes en las que se observa a decenas de uniformados junto a un puñado de civiles agrupados en un salón amplio con sillas plásticas.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, que también viajará a la zona, precisó que todos los retenidos se hallan “en buenas condiciones”.
“Han estado recibiendo alimentación, agua, en estas circunstancias están en condiciones aceptables”, dijo a medios.
No estigmatizar
Los reclamos de la comunidad hacia la petrolera comenzaron en noviembre, según autoridades del Caquetá.
El ministro Prada aseguró que desde el 11 de febrero el gobierno media entre la empresa y los campesinos en un intento por resolver el conflicto que ha suscitado bloqueos temporales a vehículos en distintas ocasiones.
La tensión escaló el jueves cuando la guardia indígena se sumó a las movilizaciones que exigen a la petrolera cumplir con una serie de compromisos como la pavimentación de 40 kilómetros de vías, mejorar la infraestructura y reducir el impacto ambiental.
La fiscalía anunció que investigará “los homicidios, secuestros y otros hechos de violencia” en medio de las protestas.
En un comunicado del 19 de febrero la Procuraduría, órgano estatal que vigila a los funcionarios públicos, pidió a las autoridades locales “convocar de manera urgente a un consejo extraordinario de seguridad” en el Caquetá y aseguró que los bloqueos estaban siendo “constreñidos” por disidentes de la guerrilla de las FARC.
Colombia vive un prolongado conflicto interno que enfrenta a guerrilleros, narcotraficantes y agentes estatales. Más de medio siglo de violencia dejan nueve millones de víctimas, la mayoría desplazados.