Alrededor de las 9 p. m. del 3 de febrero, un tren se descarriló en East Palestine, Ohio, un pueblo de unos 4700 habitantes situado a alrededor de 80 kilómetros al noroeste de Pittsburgh. Unos 50 de los 150 vagones del tren se salieron de las vías en su ruta de Madison, Illinois, a Conway, Pensilvania. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB, por su sigla en inglés) sigue investigando la causa del descarrilamiento.
El tren, operado por Norfolk Southern, transportaba productos químicos y materiales combustibles, pero es el cloruro de vinilo, un gas tóxico inflamable, el que más preocupa a los investigadores. El descarrilamiento provocó un gran incendio que envió una densa humareda al cielo y a la ciudad. Se ordenó la evacuación de los residentes a ambos lados de la frontera entre Ohio y Pensilvania, mientras el gobernador de Ohio, Mike DeWine, encendió las alarmas sobre una posible explosión.
Preocupa contaminación del aire, el suelo y el agua
El 10 de febrero, la EPA informó que unos 20 vagones transportaban materiales peligrosos. Según la EPA, “se sabe que se han liberado y se siguen liberando” al aire, al suelo y a las aguas superficiales sustancias químicas como cloruro de vinilo, acrilato de butilo, acrilato de 2-etilhexilo y éter monobutílico de etilenglicol.
El 12 de febrero, la EPA, tras controlar el aire, declaró que no había detectado contaminantes a “niveles preocupantes” en East Palestine y sus alrededores, aunque los residentes podrían seguir percibiendo olores. En colaboración con Norfolk Southern y la Agencia de Gestión de Emergencias del condado de Columbiana, la EPA había analizado el aire de unas 290 viviendas hasta el 13 de febrero, y afirmó no haber detectado cloruro de vinilo ni cloruro de hidrógeno, que podrían causar problemas respiratorios potencialmente mortales.
Temiendo una explosión, las autoridades realizaron el 6 de febrero una liberación controlada de los materiales tóxicos de cinco vagones cisterna, y el contenido se desvió a una zanja y se quemó.
Se estaban tomando medidas de precaución en toda la región, sobre todo en los estados que usan agua del río Ohio.
Cloruro de vinilo
En los 20 vagones que llevaban materiales peligrosos, se encontraba cloruro de vinilo, la sustancia que más preocupa a los investigadores del caso.
Según del Departamento de Salud de Ohio, aspirar altos niveles de cloruro de vinilo puede provocar la pérdida de conocimiento o incluso la muerte si la persona no está en un lugar ventilado.
El cloruro de vinilo es un químico artificial que se usa principalmente para fabricar PVC, un tipo de plástico que se utiliza para la construcción de placas aislantes, suelos, ventanas o, por ejemplo, tu tarjeta de crédito.
Es un buen aislante, pero muy inflamable y se ha asociado a riesgos de cáncer en el hígado, cerebro, pulmones o en la sangre. De hecho, uno de los problemas es que puede contaminar las fuentes de agua.
Teorías conspirativas
Coincidiendo con esta catástrofe, se produjo otro evento extraño en Estados Unidos que acaparó la atención de todos los medios y altos cargos del Gobierno: la presencia de globos espías chinos y el avistamientos de varios ovnis sobrevolando el cielo estadounidense.
Ante esto, decenas de personas han empezado a respaldar la teoría conspirativa de que estos hechos no son reales y simplemente se han divulgado por los medios para «encubrir» el descarrilamiento y todo el debate sobre transportar estas sustancias peligrosas.
Las teorías cogieron más fuerza tras la detención de un periodista que se encargaba de cubrir el descarrilamiento. Un vídeo publicado por la cadena de televisión estadounidense NewsNation muestran como uno de sus corresponsales, Evan Lambert, era empujado al suelo y arrestado por las autoridades mientras cubría una conferencia de prensa sobre el descarrilamiento del tren.
Una película de Netflix
Como un tipo de premonición, este descarrilamiento se produce dos años después de que Netflix rodase una película en Ohio sobre un descarrilamiento. Ruido de fondo (White Noise – 2022) muestra como varias personas intentan evacuar la ciudad después de que un tren de carga chocase contra un camión cisterna, provocando una explosión que llenó el aire de toxinas peligrosas.
Esta película está basada en una novela de Don DeLillo, publicado en 1985, poco después de un desastre químico en Bhopal, India, que mató a casi 4000 personas.