El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso se demoró casi 24 horas en asimilar un doble golpe en las urnas: de un lado, el Gobierno fue derrotado en la consulta electoral. También fue castigado en los comicios municipales que le han dado por otra parte un espaldarazo a Revolución Ciudadana (RC). «Cuando el pueblo habla, es deber de los gobernantes analizar, entender y aceptarlo», dijo Lasso.
«Acepto que la mayoría no esté de acuerdo», masculló Lasso, quien el próximo 24 de mayo cumplirá dos años en el Palacio de Carondelet que estuvieron marcados por la constante zozobra. Su situación se ha complicado más de lo que esperaba. El gran perdedor del pasado domingo convocó a sus adversarios a «solucionar los problemas de nuestra gente» sobre la base de un «debate amplio y serio, sin dogmas ni ideologías». El llamado a consenso encontró en Correa un grito de revancha. Desde su temporal exilio mexicano, el economista ha reclamado que se adelanten los comicios presidenciales. «Un gran acuerdo nacional pasa por adelantar las elecciones. Debemos superar el simplismo de que democracia es esperar elecciones cada cuatro años. Lasso es un gran fraude, cómplice de la destrucción de la Patria, y constitucionalmente debe ser removido».
Correismo gana espacios importantes
La ciudadanía debía pronunciarse sobre la extradición de ecuatorianos, los cambios en la Fiscalía General, la reducción de legisladores en el Congreso, la exigencia a los partidos políticos a contar con un mínimo número de afiliados, entre otras preguntas. Todas proposiciones fueron derrotadas.
Cuatro provincias principales del país serán dirigidas por el correísmo: Guayas, Pichincha, Manabí y Azuay. La capital del país quedaría en manos de Revolución Ciudadana. Los resultados favorecen al candidato a alcalde, Pabel Muño. Pero, a la vez, el partido del expresidente se imponía nada menos que en Guayaquil, la segunda ciudad ecuatoriana, históricamente en manos de los conservadores. El partido Social Cristiano abandonará el poder después de 30 años. El correismo controlará al menos en total seis prefecturas importantes. «Logramos lo imposible», dijo el exjefe de Estado.
Correa ha abandonado el país en 2017. Se radicó en Bélgica con el propósito de abandonar el protagonismo. Su delfín, Lenin Moreno, no se demoró en darle la espalda. Comenzaron a surgir causas judiciales en su contra por presunta corrupción que, ha sostenido, fueron armadas para hundirlo políticamente. Los comicios supusieron un cambio en las relaciones de fuerza. De esta manera, la oposición, que tiene una fuerza considerable en el Congreso, gana musculatura en los gobiernos locales.
Los analistas concuerdan en que Lasso no tiene otro camino que el de la renovación de sus ministros y el anuncio de cambios que le permitan su supervivencia. Se avecinan, por otra parte, otros frentes de tormenta. La Confederación de Naciones Indígenas (CONAIE), que el año pasado había puesto en jaque al Gobierno en las calles, se prepara para volver a movilizarse. «Ahora derrotado debe aceptar que el único antipatriota que tiene Ecuador es usted, insultó al pueblo y a quién piensa diferente y el pueblo le respondió NO, el suyo es un Gobierno ausente», advirtió la CONAIE