Latinoamérica, que según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) crecerá una décima más de lo esperado este año, el 1,8%, tendrá que hacer frente a la caída de los precios de las materias primas, lo que puede «impactar» en los países que estén «especialmente expuestos».
Así lo aseguró Daniel Leigh, director de la División de Estudios Económicos Mundiales y autor del Informe sobre las Perspectivas Económicas mundiales (WEO, en sus siglas en inglés), presentado este martes en Singapur.
«Latinoamérica está yendo por esta senda de la ralentización del crecimiento, en parte porque los precios de las materias primas están bajando, y los países que estén especialmente expuestos a ellas pueden ser impactados», explicó el funcionario tras la presentación del informe.
Aunque Latinoamérica crecerá una décima más de lo esperado este año, el 1,8%, según el FMI, el organismo rebajó en su informe las expectativas de crecimiento para 2024 tres décimas, hasta el 2,1%, en contraste con la estimación de octubre.
Latinoamérica y el Caribe crecerán menos que la media mundial este año, que estará en el 2,9 %, y también en 2024, cuando la media mundial es del 3,1 %, un punto más que la prevista para la región.
Por otro lado, algunos países han presentado un «crecimiento más alto que el esperado el pasado octubre, como Brasil, que se prevé que tenga bastante apoyo fiscal en 2023», aseguró Leigh.
Perspectiva menos sombría
“La economía mundial va a desacelerarse este año, antes de recuperarse el próximo año. El crecimiento seguirá siendo débil según los estándares históricos, ya que la lucha contra la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania pesan sobre la actividad”, señaló el economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas. “Pese a estos vientos en contra, la perspectiva es menos sombría que en nuestro pronóstico de octubre y podría representar un punto de inflexión, con el crecimiento tocando fondo y la inflación disminuyendo”, remarcó.
El informe del organismo que dirige Kristalina Georgieva afirma que la política monetaria empieza a surtir efecto y comienzan a verse indicios de que el endurecimiento –las subas en las tasas de interés– de la política monetaria está empezando a enfriar la demanda y la inflación, aunque la totalidad del impacto de este giro en la política económica probablemente no se materializará antes de 2024. El nivel general de la inflación mundial parece haber tocado un máximo en el tercer trimestre de 2022, señaló el Fondo.
El Panorama Económico Mundial proyecta que “el crecimiento mundial, que se estimaba que sería de 3,4% en 2022, descenderá a 2,9% en 2023 para después repuntar a 3,1% en 2024″. En comparación con el pronóstico de octubre, tanto la estimación para 2022 como el pronóstico para 2023 son alrededor de 0,2 puntos porcentuales más altos debido a sorpresas positivas y “una resiliencia mayor de la prevista en muchas economías”.
El pronóstico de bajo crecimiento en 2023 se debe al aumento de las tasas de los bancos centrales para combatir la inflación ––en especial en las economías avanzadas–– así como a la guerra en Ucrania. El descenso del crecimiento en 2023 con respecto a 2022 obedece a las economías avanzadas; en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se estima que el crecimiento tocó fondo en 2022. El Fondo prevé que el crecimiento se reactive en China gracias a la plena reapertura en 2023.
“Las restricciones y los brotes de COVID-19 en China frenaron la actividad el año pasado. Con la economía ahora reabierta, vemos que el crecimiento se recuperará al 5,2 por ciento este año a medida que se recuperen la actividad y la movilidad”, dijo Gourinchas. “La India sigue siendo un punto brillante. Junto con China, representará la mitad del crecimiento mundial este año, frente a solo una décima parte de Estados Unidos y la zona del euro juntos”, agregó.